CALABAZAS
La
calabaza es en su definición más abarcativa una legumbre de cáscara dura. Esta
definición se corresponde con el término botánico anfisarca sensu lato, es
decir de ovario súpero o ínfero.cita 1 Las más conocidas son las que definen
varios géneros de la familia de las cucurbitáceas (como Lagenaria y Cucurbita),
familia en la que están asociadas al hábito de plantas trepadoras, aunque
también se las encuentra en otras familias, los casos más conocidos en el mundo
hispano probablemente sean los "árboles de calabazas" Crescentia +
Amphitecna, que son dos géneros hermanos de bignoniáceas americanas. Todas
éstas poseen variedades cultivadas que característicamente poseen buena
conservación de su cáscara para utilidades para el humano (Lagenaria, Crescentia),
o del contenido del fruto maduro (Cucurbita).
Todas
las calabazas son de tamaño grande.nota 1 Están adaptadas a ser dispersadas
por megamamíferos, animales que pueden quebrar su cáscara.nota 2 Este tipo de
fruto en general define géneros y salvo Lagenaria, de la que aún está en
discusióncita 2 cómo llegó a regiones cálidas y templadas de todo el planeta,
las demás poseen una distribución algo más restringida. Ninguna se encuentra en
regiones frías.
Calabaza
es el nombre usado en España para el fruto del único género que allí había,
Lagenaria (originalmente calabazza), del que las variedades cultivadascita 5
al madurar poseen una cáscara endurecida que permite el almacenamiento del
interior con semillas viables por más de un año y que, vaciado, se puede
utilizar con fines prácticos no alimenticios. Después del encuentro de España
con América, el término se extendió a Cucurbitacita 6 y a los "árboles de
calabazas" Crescentia + Amphitecnacita 7cita 8, géneros endémicos de la
región, al extender el término a Cucurbita se incluyeron también las variedades
que durante el cultivo fueron seleccionadas de cáscara lo suficientemente débil
como para que pudiera ser cortada con cuchillo de cocina. Al entrar en la zona
amazónica, el término se extendió al género comestible Sicanacita 9, y en un
sentido, a las "ollas" fruto del árbol Lecythisnota 4, que al
madurar se abren espontáneamente en una "olla" que expone las
semillas y vaciadas se utilizan como vasijita para guardar la sal.
Botánicamente la última es un pixidio. En el mundo oriental, se ha llamado
calabaza a Benincasa, la "calabaza china" o "calabaza blanca",
una cucurbitácea cultivada que se conserva por uno a dos años. El término se
utiliza así en España y se extendió con diferente éxito a los tipos americanos
englobados por él, a veces preponderando o conviviendo con los nombres
derivados de los nativos.
LAS CALABAZAS Y HALLOWEEN
Aunque
es cierto que, en la antigua fiesta de Samhain, los celtas solían utilizar
nabos vaciados que llenaban con carbones al rojo o velas como faroles para
guiar a los espíritus, la asociación de este tipo de faro vegetal con Halloween
proviene del siglo XIX. Los inmigrantes irlandeses que llegaron a Estados
Unidos se llevaron con ellos algunas de sus tradiciones y las extendieron con
leyendas y cuentos populares como el que nos ocupa para este caso: la historia
de Jack O’Lantern.
Cuenta
la leyenda que Jack era un hombre ruin y malvado con una fuerte afición por la
bebida y una astucia incomparable para salirse con la suya. Un día, el diablo
se le apareció para reclamar su alma pero Jack le pidió que se convirtiera en
unas monedas para poder tomarse un último trago. Cuando el diablo se introdujo
en su bolsillo, Jack metió una cruz de madera y lo atrapó, obligándole a jurar
que le daría diez años más de vida en los que no podría hacerle nada.
Desesperado, el diablo tuvo que aceptar el chantaje.
Pasados
los diez años, el demonio regresó para cobrar su deuda pero, como parece ser
que debía hacer siempre antes de sesgar un alma, aceptó cumplir la última
voluntad de Jack. Este le pidió que trepara a un árbol y le trajera la manzana
que había crecido más alta de todas y, cuando el diablo ya estaba arriba, talló
una cruz en el árbol y lo rodeó con pequeñas cruces de madera, atrapándolo de
nuevo. Esta vez, consciente de su segunda victoria, Jack le exigió que dejase
su alma para siempre.
Con el
tiempo, Jack murió y su espíritu fue expulsado del cielo por los múltiples
pecados que había cometido en vida. Entonces, buscando refugio, bajó a los
infiernos e intentó convencer al diablo de que le acogiera allí. Este,
rencoroso todavía, le recordó que no podía poseer su alma y le expulsó del
infierno, arrojándole unas brasas que arderían eternamente. Jack las introdujo
en un nabo y lo utilizó para alumbrar su camino por la Tierra mientras busca algún lugar de descanso y reposo para
su alma atormentada.
A
finales del siglo XIX, esta leyenda ya estaba muy extendida y el Jack O’Lantern
era un método para alejar al diablo en las noches de Halloween. Debido a que
había un excedente de calabazas en el país y a que eran más fáciles de vaciar y
tallar, los nabos fueron siendo sustituidos hasta que la calabaza se convirtió
en un símbolo inherente a la propia celebración de Halloween.
Otro
relato, probablemente posterior, sugiere que Jack se negó a ayudar a conseguir
los ingredientes para preparar una sopa de Halloween a una bruja. Esta, como
castigo, impuso una maldición terrible a Jack: una calabaza gigante le engulló
y desapareció para siempre. Como consecuencia de esto, la calabaza adoptó
rasgos similares al rostro humano.
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