martes, 26 de febrero de 2019

Organismos Transgénicos


ORGANISMOS TRANSGÉNICOS

El término transgénico significa introducir un gen extraño en un organismo. El prefijo ‘trans’ es utilizado para indicar que se están atravesando distancias, por ejemplo un barco trasatlántico es aquel que atraviesa un océano, y una transfusión se refiere a que un paciente recibe sangre de otra persona.
En el contexto biotecnológico, un organismo transgénico indica que se ha transferido un segmento de ADN de una célula a otra, por ejemplo introducir el gen de una bacteria en una planta de maíz.
En sus comienzos, el término transgénico se utilizaba para indicar que un gen de una especie era introducido en otra especie muy diferente. Hoy en día existen transgénicos que no cumplen con esta característica. Por ejemplo, cuando un gen de la bacteria E, coli se vuelve a introducir en el genoma de la misma bacteria, pero en un sitio diferente, no podemos decir que se agrega un gen extraño. Pero como la definición de transgénico se basaba en la metodología utilizada, a estos organismos también se los considera transgénicos.
Cuando un gen de una planta se introduce en la misma planta pero en sentido contrario, a esta planta también se la considera transgénica. Aunque no contenga ningún gen foráneo, sí se ha modificado la asociación de sus genes, la lectura de su secuencia de ADN ya no es la misma. Por ejemplo, en los tomates, es posible retrasar su maduración si su propio gen para la galactorunidasa se inserta en sentido contrario. De hecho estos tomates fueron las primeras plantas transgénicas que se comercializaron.

martes, 29 de enero de 2019

Sexo de los Bebés


¿ES LEGAL ELEGIR EL SEXO DEL BEBÉ?

Cuando el motivo de la selección de sexo no está relacionado con razones médicas, esta posibilidad sólo es legal en contados países como Estados Unidos, Bélgica, Ucrania, República Checa, Tailandia o Nigeria, aunque es posible que en un futuro se amplíe el listado. Varias iniciativas han intentado modificar la ley de sus respectivos países para que la técnica del DGP sea accesible para las parejas que desean elegir el sexo del bebé por un deseo personal y no debido a razones médicas. En España también ha habido varias iniciativas de este tipo en la última década, pero de momento ninguna de ellas ha tenido éxito.

¿ÉTICAMENTE ESTÁ BIEN?

Razones éticas enfrentan desde entonces a quienes les gustaría decidir si aumentar la familia con un niño o tal vez con una niña y los que creen que la selección del sexo de los hijos no debería estar en nuestras manos. Entre estos últimos se encuentran quienes defienden que escoger el sexo puede alterar la proporción de hombres y mujeres, discriminando a unas en favor de otros. También se habla de la posibilidad de fabricar “bebés a la carta”, ya que tras el sexo viene el color de los ojos, del pelo, la altura... De momento, en la mayoría de países, España incluido, esa postura es la que prima salvo en casos en que la selección del sexo permita aumentar las posibilidades de tener un hijo sano: en nuestro país, la Ley de Reproducción Humana de 2006 permite seleccionar el sexo del bebé con fines terapéuticos, con lo que se podrían evitar enfermedades como la hemofilia.



Los Bebés


¿QUÉ OYEN LOS BEBÉS DENTRO DE LA BARRIGA DE SU MADRE? 

Muchas veces, la gente piensa, que los bebés no oyen nada dentro de la barriga de su madre o se pregunta si los bebés oyen algo, pues lo cierto es, que los bebés si nos oyen. Lo primero que ellos oyen desde el momento de que empiezan a oír es el latido de su madre, la palpitación de las arterias y el ruido de sus tripas sonando, la voz  de las madres y por último pero en menor medida, en comparación a las demás es lo que sucede en el exterior.
El bebé al estar dentro de la barriga, está rodeado por varias cosas, como el líquido amniótico, la piel de la madre y el propio útero entre los demás tejidos,  lo que hace que  no le lleguen tanto los sonidos exteriores como a nosotros. Se calcula que al bebé le llegan, más o menos, unos 20 decibelios menos de lo que sucede fuera, por ejemplo, el tráfico intenso en una ciudad, que genera 60 decibelios, llegaría al bebé en unos 40 decibelios, que es el ruido que generamos al romper una hoja de papel. Si esto lo extrapolamos a la voz, nuestro tono de voz normal genera unos 60 decibelios, mientras que si hablamos en voz baja (no susurrando, sino en voz baja), generamos unos 30-40 decibelios. De esto se extrae que para que nuestro bebé nos oiga (a los padres) tenemos que hablarle normal... si le hablamos en voz baja, pues nos oirá bien poquito.



martes, 22 de enero de 2019

Genética

PROBLEMAS DE GENÉTICA

Ficha 1:






Ficha 2:                                                              





Control de GENÉTICA